Yo tengo una casita que es así, y así, que por la chimenea sale el humo así, así. Y cuando quiero entrar, yo golpeo así, así. Me limpio los zapatos así, así, así.
Yo tengo una casita que es así, y así, que por la chimenea sale el humo así, así. Y cuando quiero entrar, yo golpeo así, así. Me limpio los zapatos ,así, así, así.
Yo tengo una casita que es así, y así, que por la chimenea sale el humo así, así. Y cuando quiero entrar, yo golpeo así, así. Me limpio los zapatos ,así, así, así.
“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan.)” “Pero nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números.” “No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello.” “Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!.” “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.” “Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.” “No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. “Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran…”